¿Cuéntanos brevemente quién eres (en Integra y fuera de ella)?

No soy una persona que sepa definirme muy bien. Me gusta levantarme por las mañanas con intención de hacer cosas útiles a lo largo del día. Valoro mucho el buen trato entre las personas y siempre poner una sonrisa por delante de cualquier conversación.

No hay mucha diferencia, creo, entre el Raúl de dentro y el de fuera de Integra.

¿En qué querías trabajar cuando eras niño?

La verdad es que no tenía una preferencia clara. Me gustaban (y ahora también) los números y la lógica, por lo que la programación y las hojas de cálculo encajan bastante bien en este perfil. Por otro lado, en mi familia ha habido mucho docente (mis abuelos, mi madre, ¡y ahora hasta mi hija!) por lo que todo se fue juntando de forma natural.

Raúl, llevas años dedicándote a la formación, ¿cómo ha ido evolucionando en todo ese tiempo? ¿Qué cambios destacarías?

Hace 25 años no había tanta oferta de cursos y las personas que venían se consideraban muy afortunadas de haber sido seleccionados para cursos que en aquel entonces eran de ‘muy nuevas tecnologías’. Ahora, afortunadamente, casi todos los que tienen algo de interés por algún tema, pueden realizar cursos bien presenciales o bien on-line.

El cambio que más destacaría es que antes yo casi siempre era el más joven de la clase y ahora ya no.

Han pasado por “tus manos” miles de alumnos, Raúl, y seguro has vivido un montón de anécdotas junto a ellos… ¿podrías compartir alguna con todos nosotros?

Siempre procuro disfrutar en las clases que me toca dar y para ello necesito hacer que los asistentes se encuentren en un ambiente agradable. Esto da lugar a muchas situaciones que casi siempre deben quedar dentro del aula.

No obstante, aún recuerdo la primera impresión que tuve al llegar al CTA (Centro de Tecnologías Avanzadas). Me habían advertido que los que iban a hacer cursos allí eran la élite de Zaragoza y alrededores y todos conocemos la fama de ‘especiales’ que existe entre los informáticos (sean de sistemas, de datos, de programación, …). Yo me dije que tampoco sería para tanto ya que había dado muchos cursos en empresas y organismos oficiales como para impresionarme con cualquier cosa.

Nada más entrar, lo primero que vi fue a un señor que estaba andando por el vestíbulo manteniendo una conversación telefónica usando su ordenador portátil de modo que la tapa le subía por encima de la cabeza mientras que el teclado estaba a la altura de su cara. Me puse en guardia, la cosa iba en serio.

Tengo buen recuerdo del CTA.

¿A qué compañero te gustaría conocer mejor?

No quiero dar ningún nombre en particular, pero me gustaría tener más relación con compañeros que apenas conozco debido a que coincido muy poco con ellos. No es cuestión de conocerlos mejor, es cuestión de conocerlos primero.